Realmente es algo que he llevado dentro desde siempre, pero no fue hasta mi estancia en Madrid cuando decidí meterme de lleno en ese mundo, entrando en una academia y conociendo a mucha gente que se mueve en ese ámbito. A pesar de que vives en Lanzarote, todo tu trabajo como ilustrador lo realizas fuera, ¿necesidad o interés?
Lo bueno de este trabajo es que no precisa de un sitio concreto, ya que puedes entregar los trabajos que te exijan desde cualquier parte, y más si los realizas en formatos digitales. Aunque como profesional que quiere evolucionar en su medio, uno está dispuesto a medrar incluso en nuevos sitios físicos y con nuevas ofertas.
Te acabas de encargar de todas las ilustraciones del libro “Los Dictadores (el poder subversivo del arte)” del comisario Adonay Bermúdez. ¿Cómo ha sido enfrentarse a un proyecto de tal magnitud?
Pues divertido y aprendiendo nuevas facetas desconocidas de mí mismo. Por otra parte, el escritor sabía claramente lo que quería y, aunque exigente, fue un placer trabajar con él. Quedamos encantados con el resultado.
Recientemente se ha conocido más tu nombre porque quedaste entre los finalistas de Illustraciència - Premi Internacional d’Illustració Científica, organizado por la Asociació Catalana de Comunicació Científica. ¿Cuál ha sido el feedback?
Lo cierto es que la repercusión de mi obra “Emboscada“ me ha sorprendido enorme y gratamente, ya que varios medios se han interesado en mi trabajo. El concurso tiene gran movimiento mediático y esta institución quiere precisamente que se reconozca a los ilustradores de la ciencia. Con todo lo surgido a raíz de presentarme ya lo considero un premio, ya que me han salido nuevos proyectos a partir de quedar entre los finalistas.
Ahora estás metido de lleno en un libro infantil. ¿Cómo es pasar de un libro de política, a unas ilustraciones científicas y luego acabar en dibujos destinados a los niños?
Un ilustrador no tiene barreras hasta que lo decida o se lo pueda permitir. Te puedes limitar a un estilo o ser muy versátil. Particularmente reconozco que la ilustración infantil y el paleoarte son las dos vertientes que más me atraen, pero estoy probando más posibilidades en las que sé que puedo sacar cosas buenas e interesantes y además me gusta hacerlas.
¿Eres de los que crees que el ilustrador hoy en día debe especializarse en un área o piensas que debe ser capaz de adaptarse a cualquier ámbito?
Yendo más allá de la versatilidad en el mundo de la ilustración, la situación real es que por deber, por querer o por necesidad, muchos nos embarcamos en más ámbitos: muralistas, diseñadores gráficos e, incluso, en la escultura, por nombrar algunos. Soy de los que cree que uno debe conseguir situarse donde realmente desea y que dentro del mundo del arte, siempre que se haga con ilusión, no tiene por qué haber límites entre distintos movimientos.