De interés

14 enero 2020

Pepe Vera dispara con el dedo índice



— Gorettti Sánchez, Arrecife. —

 

Pepe Vera. «El beso de Doisneau en Concorde». París, 2008

 


Hay universos en las ciudades, urbanitas agujeros negros, donde es mejor no entrar. Pero las oscuridades que habitan dentro de las hermosas instantáneas del artista Pepe Vera, muestran el camino hacia una luz distinta, muy única que atrae, atrapa y te cuestiona. Ves tu mirada ir de aquí para allá, recorrer perdida la inmediatez de todo lo que parece moverse en sus escenarios, en sus personajes. O no. Porque quizás la imagen antoja a detenerse y nos hace deambular por lo estático, por lo petrificado de la belleza del instante.
 
Todo lo hace el fotógrafo en un juego con el espectador que nace dejándose llevar: “me levanto conscientemente y salgo a una hora a un lugar con la cámara, pero no busco nada”, explica el propio Pepe Vera, “la gran mayoría de disparos fracasas con la atmósfera que creías, pero sale la foto de repente, el momento que querías captar aparece, cualquier ciudad te puede sorprender en la esquina”.
 
La Sala Cubo del CIC El Almacén, en Arrecife, Lanzarote, ha acogido la última exposición fotográfica de un artista nada trivial y versátil, que exprime todas sus facetas distintas. Actualmente, compagina fotografía, ilustración, cómic, videoarte, instalaciones artísticas, con la docencia en la Escuela de Arte Pancho Lasso, de Lanzarote.
 
Lo que cae realmente en nuestras manos no es un catálogo de la exposición, sino un auténtico libro de imágenes indescriptibles con amplia muestra de la última trayectoria artística de Pepe Vera, todo un viaje en el tiempo que nos interroga con su dedo índice decidido, el dedo con el que pulsa el instante y elige inmortalizarlo para siempre.
 
Ahí nace, pues, lo que autodefine como “sonambulismo fotográfico”, esa sombra propia o inventada por él que se sostiene en un Cronos invisible, esa zona sonámbula donde vagan todas las ideas y recuerdos del artista, los que quedarán hilvanados para siempre en un no-tiempo fotográfico sin importarle cuántos canallas lo habiten.
 
Sí, que Pepe Vera extienda la mano, la encoja, la eleve para que su dedo índice tiemble, cientos y mil veces una, sonámbulo.
 
Pepe Vera. «El beso de Doisneau en Concorde». París, 2008

Pepe Vera. El beso de Doisneau en Concorde. París, 2008.





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