De interés

28 abril 2020

Detrás del velo de Isis, el veto



.- Lanzarote, Goretti Sánchez
 
Segunda década del siglo XXI, la sociedad inmersa de lleno en la era digital, pero nada nos soprende si aparece por algún recodo el eco de los inquisidores. El mundo de las muestras artísticas virtuales sufre aún la losa de un conservadurismo camuflado que impugna lo que se publica o lo que no, como si detrás del velo de Isis aún cupieran más censuras a la verdad.

El hecho de que una red social como caretolibro se permita el honor de reprobar a los artistas, deja poco margen para la libre expresión. La lucha extremadamente delicada contra los delitos sexuales en la red, si bien trata, por un lado, de cortar vías para los tentáculos de la ancha delincuencia sexual organizada, por otro, coarta al mundo artístico en toda su dimensión.
 
El precioso adelanto de la próxima colección de la artista lanzaroteña Rosa Vera, protagonizada por una decena de creativos collages, duraron en Facebook menos que un suspiro. Premeditadamente, a sabiendas de la política de publicación de la red, la artista volcaba un bocado de su muestra compartiendo desde el confinamiento su decena de elegantes y sugerentes creaciones.
 
La exhibición recibió una rotunda e inmediata respuesta del ciberespacio con el anuncio de “sus imágenes quedan censuradas por contenido sexual explícito” y un “como suponemos que ha sido un error no eliminaremos su cuenta, pero quedará bloqueada para publicaciones durante 24 horas”. ¡Ea!
 
Desde los tiempos remotos, el mundo artístico se enfrenta a esa cruel letanía de la crítica absurda. Una crítica que, en internet, se recrudece, pues su inmediatez exige una velocidad que no se detiene a valorar los contextos en los que el arte se da, se entrega, se produce, se expresa contando historias, suguriendo matices o transgresión.
 
La misma crítica que no bucea en la trayectoria de sus artistas, ni comprueba las lúcidas o extravagantes biografías que puedan recorrerlos, sino que cuestiona, niega, censura, rechaza y arremete contra una publicación seria atrevida, condenándola a una falsa protección de moral plastificada, un veto bañado de ética superficial que daña -con soez ignorancia- el océano expresivo de los artistas y los hace más náufragos aún que el Ulises de Ítaca.
 
No. No seremos en estas líneas quienes bebamos de esas aguas absurdas de la prohibición. Así que pasen y vean.
 
Rosa Vera //  Detrás del velo de Isis, el veto // CanariasCreativa.com
 
Rosa Vera //  Detrás del velo de Isis, el veto // CanariasCreativa.com
 
Rosa Vera //  Detrás del velo de Isis, el veto // CanariasCreativa.com
 
Rosa Vera //  Detrás del velo de Isis, el veto // CanariasCreativa.com
 
Rosa Vera //  Detrás del velo de Isis, el veto // CanariasCreativa.com
 
Rosa Vera //  Detrás del velo de Isis, el veto // CanariasCreativa.com
 
Rosa Vera //  Detrás del velo de Isis, el veto // CanariasCreativa.com
 
Rosa Vera //  Detrás del velo de Isis, el veto // CanariasCreativa.com
 
Rosa Vera //  Detrás del velo de Isis, el veto // CanariasCreativa.com
 
Rosa Vera //  Detrás del velo de Isis, el veto // CanariasCreativa.com
 
Rosa Vera //  Detrás del velo de Isis, el veto // CanariasCreativa.com




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