Mario Vega dirige el estreno absoluto de la obra inspirada en la novela homónima de Antonio Lozano, con Marta Viera como única protagonista, en un sugerente espectáculo lleno de recursos animados que operan como parte consustancial de la escenografía y la trama dramática.
Los días 13 y 14 de marzo (20.30 horas) tendrá lugar en el Teatro Guiniguada de la capital grancanaria el estreno absoluto de la nueva producción teatral de Unahoramenos, ‘Me llamo Suleimán’, un montaje dirigido por Mario Vega e interpretado por la actriz Marta Viera, inspirado en la novela homónima del escritor Antonio Lozano.
Esta adaptación teatral de la obra de Lozano –una cruda historia que relata el tormentoso periplo desde Malí hasta Canarias que afronta un adolescente huyendo de la pobreza y la miseria-, cuenta con música del reconocido artista africano Salif Keita y con un notable soporte audiovisual, basado en las atractivas y sugerentes animaciones que ha diseñado un equipo de cuatro artistas bajo la dirección de Juan Carlos Cruz.
Sugerente soporte audiovisual
Según señala el director de ‘Me llamo Suleimán’, Mario Vega, la obra describe el viaje épico de Suleimán, el joven maliense protagonista de la novela de Lozano que cruza un continente en busca de un sueño. Para la actriz lanzaroteña Marta Viera, sobre la que pesa todo el intenso latido que se percibe en esta producción, “Isabel genera la magia que hace compartir al espectador desde su butaca ese inquietante viaje que acomete Suleimán”.
El lenguaje audiovisual que el montaje incorpora a través del trabajo de Juan Carlos Cruz, constituye un complemento tanto dramático como escénico más que ayuda a transformar el espectáculo de un monólogo a una convincente interpretación a dos. Durante tres meses, los cuatro artistas Marga Turnbull, Mariano Romero, María Dolores Abujas y Elvis Pedro Nsue, coordinados por el director de animación Juan Carlos Cruz, elaboraron más de 30.000 imágenes y registros para este espectáculo que se van incorporando como un elemento descriptivo de la acción de forma sobresaliente.
“Este recurso –según explica Mario Vega- dota al espectáculo de un tejido más contemporáneo y moderno, mucho más atractivo para otro tipo de público más familiarizado con el soporte de la imagen y los lenguajes audiovisuales que con el del teatro propiamente”.
Vega concilia fuerzas contrarias en ‘Me llamo Suleimán’, diluye el terreno del monólogo y teje un delicado y poético relato que posee una traducción plástica muy efectista y expresiva alrededor de la espiral trágica y vital en la que se ve envuelto Suleimán Keita al contarnos su viaje y explicarnos los motivos que lo impulsaron a emprenderlo.
Marta Viera, la historia desde otra mirada
La actriz protagonista de esta nueva producción de la empresa Unahoramenos es Marta Viera, la joven artista que ya sorprendió y nos cautivó en la revista musical estrenada el pasado año, ‘El crimen de la perra Chona’. Viera se convierte en Suleimán e Isabel, un personaje del que el público irá conociendo detalles de su relación con Suleimán durante el transcurso del montaje. “La decisión de que sea una actriz blanca la que encarne al personaje de Suleimán, lejos de convertirse en un problema se transforma en un reto. En la posibilidad de contar esta historia desde otra mirada”, admite el director Mario Vega.
“Me interesa trabajar desde la verdad”, confiesa Marta Viera, quien cree que Suleimán “no es un cliché o un estereotipo. Es un ser humano que sufre, ríe, tiene proyectos y se enamora”. Antonio Lozano añade que Suleimán “es un adolescente que nace en Bandiagara, en el País Dogón maliense. Tiene sueños y esperanzas para el futuro, como cualquier joven. También sabe perfectamente que no podrá alcanzar sus sueños donde está, así que decide seguirlos hasta Europa”.
Marta Viera es una actriz que imanta todas las escenas en las que aparece, y a la que no olvida el público porque opera como espejo sobre el que se proyecta con nitidez la imaginación. Interpela al espectador haciéndole imaginar lo sucedido por Suleimán y sentir, por su cercanía, el voltaje de sus emociones, tan poderosas como su misma voluntad de enfrentarse a su adverso destino.
Este es un viaje que concluye muy lejos de donde se inicia. Un sofocante y penoso viaje, pero lleno de vida. Como dice Suleimán finalizando la novela, “los viajes tienen un principio y un fin, eso es todo. A veces terminan así, de golpe, cuando menos te lo esperas”. Ese dolor latente que nos agita hablándonos desde el escenario es el más incómodo y verdadero interrogante dirigido hacia nuestras acomodadas conciencias.
La visión de Antonio Lozano
Según sostiene Antonio Lozano, ‘Me llamo Suleimán’ es una obra centrada en la emigración clandestina entre África y España, y más concretamente en el viaje que han de realizar quienes emprenden la aventura de realizarlo. “Conocer cómo es el viaje del emigrante –tanto el que se realiza entre África negra y el norte de Marruecos, a través del Sáhara, como el que transcurre entre las costas africanas y las canarias- nos puede ayudar a comprender mejor la decisión que han de tomar miles de personas y plantearnos cuáles son las razones para tomarla, sabiendo que –como por desgracia ocurre con muchísima frecuencia- sus vidas corren peligro”.
“Nuestra sociedad se hace muchas preguntas sobre el fenómeno de la emigración, pero son generalmente preguntas sobre su propia situación. Es sin embargo fundamental que nos hagamos también preguntas sobre el que acomete el gran viaje, para comprender en su globalidad el problema”, añade el escritor. “Tenemos una visión distorsionada de la realidad de la emigración y es importante superar esa situación, porque miles de africanos se están incorporando a nuestra sociedad y no debemos permitir que eso sea un factor de desestabilización social: asumir la diversidad cultural y humana de una sociedad como elemento enriquecedor requiere un esfuerzo por conocer mejor al Otro y aceptar la diversidad como algo positivo”, dice el novelista.
Juan Carlos Cruz, director de animación
Elena Gonca, directora de arte